Por Libre Plume

Alarma del deficiente nivel argumentativo en nuestros intelectuales

En un análisis del panorama actual de los intelectuales que aparecen en los medios de comunicación, surge una preocupación inquietante: el deficiente nivel argumentativo que parece predominar. Los invitados a opinar sobre diversos temas suelen ser los mismos de siempre, y sus conclusiones no son más que refritos de intervenciones pasadas. La discusión pública huele a superficialidad, reduciéndose a titulares y marcos preconcebidos, sin profundizar ni establecer conexiones relevantes entre los hechos de política interna y externa.

Este fenómeno refleja una tendencia preocupante de mirar constantemente hacia nuestro ombligo. Nos limitamos a los mismos temas de siempre, con los mismos actores, en un ciclo interminable de culpas mutuas. La crítica abunda, mientras que las propuestas de solución se ahogan en la contingencia diaria.

El acceso al conocimiento y a la información se ha vuelto cada vez más complicado para el ciudadano común. En nuestra era digital, la comunicación se ha transformado en un ejercicio de copiar y pegar, sin validar los contenidos que se difunden en redes sociales. Cada cual habla a su audiencia con expresiones grandilocuentes, a menudo carentes de significado o propósito. Lo importante no es tanto el contenido, sino estar presente en el debate, aunque sea con palabras vacías.

En las universidades y el mundo académico, la situación no es mucho mejor. Allí también encontramos más sombras que luces. Existen cofradías que detentan un poder considerable, descansando en la rentabilidad en lugar de fomentar el pensamiento crítico. Este escenario plantea un desafío serio para nuestra sociedad: la necesidad de elevar el nivel del discurso y fomentar una cultura de debate informada y significativa.

Es imperativo que tanto los medios de comunicación como las instituciones académicas tomen medidas para incentivar un verdadero análisis crítico y profundo. Solo así podremos superar la superficialidad y construir una sociedad más informada y consciente de sus realidades internas y externas.