Por Boris Carvajal, candidato a Concejal por la comuna de Viña del Mar

Desde los inicios, cuando los campos agrícolas en las laderas fueron vistos por José Francisco Vergara como una potencial ciudad, estos parajes estaban abastecidos por una gran flora endémica, como aún se puede apreciar en lugares como Ruta Las Palmas y Forestal Alto. El paisajismo de la ciudad resort en los años 30, visitada por cruceros y turistas de todo el mundo, integraba colores, sustratos, formas y niveles de suelo que enmarcaban la bella flora nativa.

Actualmente, la ciudad es una mezcla de paisajes ajenos a lo que somos. Las autoridades de la época, en sus viajes, introdujeron ideas y especies nuevas, diseminadas sin un diseño urbano adecuado. Finalmente, este tipo de paisajismo nos llevó a convertirnos en el típico jardín del sueño americano, con un cerco y césped en su gran totalidad. Esto ha provocado problemas como accidentes, falta de espacio, roturas de suministros y un uso ineficiente de los recursos hídricos. Estos problemas se agravan con el crecimiento de la población.

También hemos sufrido incendios, donde el arbolado de la ciudad no ha ayudado a mitigar su intensidad, dificultando el control de estos siniestros. Es necesario realizar estudios sobre dónde plantar árboles nativos. En el pasado, se intentó integrar árboles nativos en el borde costero, lo cual resultó en una pérdida de recursos, ya que estos no resistían la salinidad del lugar. Otro problema es la cantidad de flores de temporada plantadas a lo largo del tiempo, acostumbrándonos a esta práctica. Estas plantas duraban solo tres meses, requiriendo recambios constantes. Miles de flores adornaban la ciudad, pero muchos habitantes, en la vorágine del día a día, no podían disfrutar plenamente de este espectáculo.

Sabemos que el Departamento de Parques y Jardines de la administración municipal actual está ejecutando un proyecto para mejorar el diseño y aprovechamiento de los recursos públicos. En su última licitación, se estableció que la empresa adjudicataria debe generar un proyecto de mejora paisajística y urbanística.

Es necesario que, como ciudadanos, nos enfoquemos en nuestros espacios verdes y evidenciemos los problemas urbanos para crear una simbiosis con nuestra ciudad. Recordemos que la ciudad la hacemos todos, y debemos apoyar y participar en transformar Viña del Mar en la nueva Ciudad Jardín, un sueño que muchos han tenido desde que esta visión se hiciera realidad.