Se vienen días decisivos para los habitantes de Calama y del resto del territorio. En once días más acudiremos a las urnas para elegir un nuevo concejo municipal, con una alcaldesa o alcalde a la cabeza; por primera vez un gobernador regional y los miembros a la Convención Constituyente, la que tendrá la misión de redactar una nueva constitución para Chile.
Sobre este proceso, quiero manifestar mi amplio apoyo a los candidatos de mi sector político, la oposición, tengo confianza en que traerán respuestas a los problemas de los vecinos, aplicando el profesionalismo, dedicación y solidaridad que los caracteriza. No obstante, se hace necesario llamar a la ciudadanía a que sean responsables con su voto, exijan un plan de gobierno por parte de los candidatos, verifiquen quiénes componen sus equipos de confianza y en aquellos casos de candidatos que van a la reelección, infórmense de la gestión de esa persona en el cargo. Esto es clave si queremos gestiones más transparentes y eficientes.
El país está en un momento de inestabilidad institucional y social, derivada de una gestión del Presidente Piñera que será recordada como la peor de la historia. Sin duda, son la lentitud en las decisiones y la indolencia del gobierno, así como la tozudez de la primera magistratura del país, características que serán difíciles de olvidar, a pesar de nuestra mala memoria nacional.
Por ello en la recta final de estas elecciones, decisivas en lo político y social, es importante ser responsable, tanto la ciudadanía al elegir, como las autoridades actualmente en ejercicio. Quedan 10 meses de gobierno, a mí me queda el mismo tiempo en el cargo de diputada de la Región de Antofagasta, por ello, me parecen irresponsables las voces que piden una reforma tributaria, cuando queda tan poco tiempo. Esto es un punto que debe ser abordado por un nuevo gobierno, cuando además va a ser motivo de análisis de los constituyentes cuando reflexionen sobre el Rol del Estado en esta nueva constitución y consecuentemente, sobre el tipo de tributos que el país requerirá.
Este Ejecutivo, el gobierno de la letra chica y nuestro Congreso, del cual soy parte, tienen una desafección ciudadana histórica. Con un 9% de aprobación la gestión del presidente y 8% el parlamento según los datos de la última encuesta CEP, con esas cifras, ¿somos nosotros los llamados a imponer soluciones de largo plazo para el 83% de la ciudadanía?; yo creo que sí al diálogo entre todas las partes pero para resolver necesidades urgentes, las grandes transformaciones deben hacerse con participación ciudadana.