Para llegar al mítico restaurante Las Brisas, hay que estar bien dateado. Ubicado en el pasaje Ruiz 110, en las cercanías del mercado de abastos de Viña del Mar, este lugar ofrece a sus visitantes una variada gama de elixires que dan a sus comensales la ocasión perfecta para avanzar en la conversación amena y ciudadana. Al llegar nos atiende don Manuel, siempre con amabilidad, pero con el carácter necesario para manejar grupos de personas que vienen a disfrutar de los abundantes platos de comida chilena, regados, profusamente, con vino de la casa o de viñas nacionales, cervezas, piscolas y los correspondientes bajativos a bases de hierbas, como la manzanilla o el araucano.
Si bien es cierto, todos los días hay contertulios que ya son parte de la fiel clientela de este bar viñamarino, los días en que hay partidos de interés nacional o internacional, el local queda pequeño para la fanaticada futbolera.
De todas maneras, visitar este restaurant es una experiencia gastronómica que hay que vivir y donde en días calurosos y otros no tanto, se apaga la sed de los trabajadores, turistas y comerciantes, que llegan con la esperanza de compartir sus sueños, vivencias y opiniones. Es un ambiente donde la camiseta del Everton, estratégicamente ubicada en una esquina del restaurant, o las fotos sobre la hípica, o tal vez ese banderín del Wanderers tras la barra, invita a seguir bebiendo y escuchando las historias reales o ficticias, que nacen y se disfrutan en Las Brisas, que como un suave viento, te acompañan cuando ya es hora de irse al hogar. Están tan todos invitados. Salud!